Parece mentira lo que nos cuesta reaccionar frente a esta realidad. No estamos -como sociedad- ni siquiera tomando conciencia de los hechos a los que nos enfrentamos. Estamos en un estado de negación absoluta. Bailando en la cubierta del Titanic mientras el tiempo corre. Solo se siente una gran impotencia, que deberiamos intentar transformar en potencia. Potencia de cambio, de reacción-conciencia colectiva.
De todos nosotros depende poder reaccionar a tiempo!
sábado, 14 de noviembre de 2009
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