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sábado, 7 de noviembre de 2009

Mujer bonita de verdad

La belleza no tiene edad

Sabé como dejar tu piel más bonita a los 20, 30, 45 años y después de los 60 años.

La piel del bebé es suave, rosada, sin rastros de flacidez. Al crecer, la piel se va exponiendo a los agentes agresores, como el sol y a los cambios naturales del ciclo biológico de cada persona. En la pubertad, por ejemplo, el aumento de la producción hormonal causa en la mayoría de los casos grasitud y acné. A partir de la menopausia, la caída en la producción de estrógeno hace que la piel se reseque y que sea cada vez más fina. El reloj orgánico no para. Tomando cuidados con los factores externos, sobretodo con el sol, pueden prevenir muchas señales en tu piel. El tradicional consejo de protegerse en los horarios de pico solar (de las 10h hasta las 16 hs) es más válido que nunca. El uso de productos con factor de protección solar es otro de los consejos que nunca faltan al exponerse al sol.
La prevención es la mejor estrategia

En todas las etapas de la vida, una aliada poderosa de la belleza es llevar una alimentación saludable, rica en agua, vitaminas y fibras. El exceso de alimentos ricos en grasas y de bebidas alcohólicas atenta contra la salud. El cigarrillo, por ejemplo, causa una contracción de los vasos capilares y deja la piel pálida. Otro enemigo contemporáneo es el stress, que predispone la formación de ojeras y le quita brillo a la piel. No hay dudas. El estilo de vida saludable se refelja directamente en la piel, una vez que el mayor órgano del cuerpo humano da la señal que se encuentra “bien” o “mal”. Otro punto importante es la actitud positiva al encarar el día a día. Puede que no existan todavía estudios que comprueben la relación entre belleza y el alto astral, pero la verdad es que una persona que encara la vida de forma positiva transmite un brillo especial !.

Cada fase de la vida requiere cuidados específicos

Observá que es lo que ocurre con la piel en las diferentes décadas de la vida y los cuidados que deben ser tomados:

20 años: Atención con el exceso de grasitud
En esta fase, es vital cuidar del equilibrio de la piel, limpiándola y nutriéndola adecuadamente. 80% de los jóvenes con 20 años de edad sufre de grasitud y acné. La piel grasosa debe limpiarse sin exagerar, para no causar un efecto rebote (retirar la grasitud por completo aumenta la producción de glándulas sebáceas). Lo indicado es lavar el rostro dos veces al día con jabones especiales para piel grasosa y aplicar tónicos astringentes, que ayuden en el control de la grasitud natural. La hidratación debe ser hecha con productos sin aceites, con factor de protección solar y que no sean cosmedogénicos (no generen puntos negros en la piel). Quien posea piel seca, puede higienizarla dos veces al día con jabones especiales para este tipo de piel, aplicando tónico con componentes emolientes e hidratantes suaves, que posean factor de protección solar.

A partir de los 30 años: El tiempo comienza a hacerse visible
A partir de la tercera década, la tendencia es que la piel se torne más seca, ya que ocurre un deterioro en la calidad de la renovación celular de la epidermis (camada superficial). Las fibras de colágeno y elastina también comienzan a sufrir alteraciones en cantidad y calidad. Con su capacidad de protección disminuida, la piel queda más susceptible a las variaciones del ambiente, tornándose más propensa a la formación de manchas y arrugas. La velocidad con que estas señales se marquen en la piel, depende de la protección tomada con los estímulos externos, como el sol. Por eso, se recomienda el uso de jabones suaves, tónicos indicados para todo tipo de piel e hidratantes con filtro solar y complejos antioxidantes.

A partir de los 45 años: Llegan las líneas de expresión
En la pre-menopausia, la caída en la producción de estrógeno entorpece la renovación de las fibras de colágeno y elastina, haciendo con que la piel permanezca más fina, menos firme y elástica. Los mecanismos de protección e hidratación sufren una caída progresiva. Las marcas de expresión son más evidentes y las alteraciones en la melanina (el pigmento que da coloración a la piel) favorece la aparición de melanosas solares (manchas causadas por el sol). La piel comienza a perder vitalidad, tornándose importante la reposición de los componentes perdidos. Además de la limpieza y tonificación, a partir de este punto, es vital el uso de cremas de tratamiento intensivo.

A partir de los 60 años: la piel necesita de cuidados especiales
La caída en la producción hormonal acentúa el resecamiento de la piel. Con todo eso, las arrugas son más profundas y en mayor cantidad. La renovación celular es deficiente, la elasticidad y la firmeza de la piel están comprometidas. Además de eso, la piel está sensible a la disminución de la barrera cutánea y más propensa a infecciones debido a la caida de la función de inmunidad que cumple este órgano (células de defensa cutánea). Tambíen, se ven manchas en la piel. Mas fina, flácida y deshidratada, la piel requiere de una protección extra. Es entonces esencial utilizar cremas con mayor poder de hidratación, textura más consistente y filtro solar. Tónicos con activos de antienvejecimiento pueden ser usados para complementar el tratamiento. A la hora de higienizar, los jabones deben ser usados como máximo dos veces por semana al día, para no quitar la protección natural de la piel.

1 comentario:

Romi dijo...

Muy buen post, muy util realmente